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martes, 15 de febrero de 2011

"Los lleva carteras" por Flabio Fusaro

Hace poco tiempo vino a visitarme un amigo de Ecuador quien me contó de la fuerza del movimiento feminista en ese país.

Una de las principales actividades de dicho movimiento es la lucha contra el “machismo”, para la cual cuentan con un importante presupuesto que les permite inclusive hacer propaganda en medios masivos de comunicación. En la campaña televisiva de ese momento estaban utilizando el slogan “Despierta Ecuador, el machismo es violencia”.

Cualquiera que tenga ganas de bucear un poco en Internet puede ver estas propagandas y sacar sus propias conclusiones.

Si vamos a considerar “machismo” al maltrato, violencia física, violencia psicológica y desigualdad de derechos, por supuesto que estoy total y completamente de acuerdo.

Siempre digo “Los hombres no golpean a las mujeres… porque quien golpea a una mujer no es un hombre”.

Ahora bien, como en todo hay personas que toman las cosas para cualquier parte y se pasan para el otro lado. Según me contaba mi amigo ecuatoriano, por poco los hombres tienen que pedir disculpas por haber nacido masculinos. Lo que está sucediendo es una serte de demonización del hombre en la que todo lo referente a la masculinidad pareciera estar mal visto y en donde los hombres se deben asemejar a las mujeres para ser seres dignos y aceptados socialmente.

Una cosa que me llamó poderosamente la atención fue enterarme de que muchos hombres llevan por la calle las carteras de las mujeres que acompañan.

Lo que se dice es que el hombre debe ser galante y caballero… y que es de galante y caballero llevarle la cartera a la novia o a la esposa, para que ella pueda caminar más cómodamente y sin cargar un peso.

Y el hombre que se niega a llevarle la cartera es acusado de “machista”.

Es así como las calles están repletas de hombres con carteras de mujer colgando de sus hombros, en lo que para mí no es otra cosa que un insulto a la masculinidad y un atropello a nuestro género.

Lo peor del caso es que los hombres van luciendo las carteras con orgullo como diciendo “yo soy un hombre que vale la pena porque no soy machista y voy feliz de la vida con la cartera rosa de mi mujer colgando”.

Caramba… al escribir esto estoy notando que le estoy pegando a las teclas con más fuerza. ¿Seré un violento reprimido? Yo creo que no. Creo que simplemente siento una bronca lógica ante la estupidez humana.

Si jamás se nos ocurriría pedirle a una mujer que deje de ser mujer ¿cómo es que tenemos que tolerar que nos hagan sentir mal por ser hombres?

¿Hay hombres malos, violentos, manipuladores y psicópatas de los que las mujeres deben protegerse? Sí, claro, por supuesto. Pero meter a todos los hombres en esa bolsa y obligarlos mediante pruebas humillantes para su género a demostrar que están afuera del modelo violento, me resulta como poco, denigrante.

Ah, y cuidado con mirar a uno de esos encarterados con curiosidad o gesto desaprobativo, porque se enojan mucho. Inclusive sin capaces de irse a las manos con quien con quien los observe, mostrando así le violencia que intentan negar. Una total incongruencia.

Creo que la confusión radica en la interpretación de la palabra “machismo” a la cual se la asocia erróneamente con la violencia, el maltrato y la desvalorización. Desde la etimología de la palabra, si el "feminismo" está bien visto, el “machismo” debería tener la misma consideración.

Como digo al final de la nota que me realizó un periodista ecuatoriano: “Ser hombre no es violencia”.

Y mucho menos “pecado”.

Escrito por:  Fabio Fusaro

Si quieren ver la nota original den click aquí.